Con
certeza hay unos pocos de los buenos, claro está. Pero por muchas razones,
y casi en cualquier lugar del mundo son unos malditos seres dispuestos a cualquier cosa por alcanzar el número de simpatías suficientes para obtener su trozo de poder.
Casi
todos los políticos de acá son gente que hoza por votos a cómo de lugar. Poquitos
están dispuestos a decirle a la gente lo que no quiere oír, incluso a riesgo de perder sus apoyos. Por gente me
refiero a la masa, al monto, a esos que se resienten y ofenden cuando les pides pensar más
allá de su metro cuadrado. A esos que son el grueso del número de votos, y que están armónicamente repartidos en todas las clases sociales del Ecuador.
En esto,
los políticos, se parecen mucho a los
canales de televisión del país. El rating manda. No importa si hay que
pensar en un programa denigrante, morboso, estúpido, con tal de que el
canal asegure su rating. El canal (que tiene menos responsabilidad que un
político, hay que concederlo) nunca, pero NUNCA, dejará a un lado el lema
de "el cliente siempre tiene la razón", aunque esto implique
ser parte activa de la proliferación de la imbecilidad. También a los
periódicos tradicionales. ¿Cuántas portadas han visto dedicadas a algún
pensador?¿Cuántas al político payaso de turno? Del pensador se acuerdan cuando necesitan ser defendidos del ataque populista, eso sí.
Yo se
bien que los medios de comunicación no tienen la obligación de educar a la
gente, pero ésta no es una verdad absoluta: Contribuyen diariamente a la
mediocridad, a la ausencia de debate serio, a la discusión de temas incómodos
aunque necesarios. Luego se quejan cuando a la gente (a quienes han bombardeado
de superficialidad y comodidad) no le parece prioritaria la libertad de expresión, como le
pasó al diario El Universo de Guayaquil. En esta misma línea, estoy convencido que tarde
o temprano Ecuavisa sufrirá las consecuencias de ser una especie de púlpito
evangelizador. No hablo de karmas, ni de otras pendejadas místicas sin ningún
sustento racional, sino de consecuencias intelectuales. Por algún lado van a
pagar y la factura les será entregada por sus mismos devotos televidentes a
quienes contentan (por ahora) con su postura curuchupa y conservadora. Cuando por los azares del destino necesiten razonamiento lógico, respeto a las evidencias, objetividad, no la encontrarán en el grueso de su público. Van a ver.
Pero vuelvo
a esos políticos malditos. Tan lejanos a la idea de un líder. De esos líderes que
están dispuestos a recibir puteadas y las espaldas del público cuando
decide obligarlos a pensar, en lugar de entregarse a la promesa fácil y
a someterse al gusto del votante, aunque eso sea también la
proliferación y el mantenimiento de la imbecilidad.
Cinco
historias muy sensibles tengo para contarles por qué son y han sido unos
malditos. Entiéndase historias por hechos ocurridos, no por sensaciones, ni por
colecciones de “a mí me parece” que es la piedra angular del “conocimiento” de
este país. Son tres historias antiguas y dos recientes.
Dicho esto, aquí vienen en orden cronológico:
Primera
historia:
Las investigadoras Mercedes
Prieto y Ana María Goetschel, en un detallado ensayo titulado “El sufragio femenino en
Ecuador, 1884-1940”, nos relatan la historia de esta lucha de mujeres. En este
ensayo cuentan que durante la Asamblea Nacional de 1883-1884, surgió la discusión de si se debía
finalmente incluir literalmente a la mujer en la norma que señalaba quién era
ciudadano con derechos en el Ecuador.
Hasta ese entonces el uso exclusivo de términos masculinos había sido la
tónica y por consiguiente la mujer no era tomada como tal.
El liberal Luis Felipe Borja (padre), sostuvo
que este deseo de algunos diputados de incluir la palabra mujer en el
articulado en ciernes se debía a que querían otorgar el derecho al voto a la
mujer. Y por otro lado el conservador Pero
J.I. Caamaño, sostuvo que no hacía falta tal especificación, pues “siempre se ha entendido como natural que al
decir ciudadano se habla únicamente de varones. Considera, además, que la
costumbre hace ley y es costumbre que los varones ejerzan la ciudadanía puesto
que la mujer jamás lo ha pretendido y cree que no puede suscitarse ninguna duda
al respecto…”
Este texto incluye un dato obtenido por
las investigadoras citadas, del Acta de Sesión ordinaria del 26 de octubre de
1896, cuando durante la Asamblea de 1896-7 (más de una década después), se
volvió a “discutir la conformación de la
comunidad política, optándose por omitir toda referencia al sexo del
ciudadano”.
En ese entonces el país se inundó de
opiniones incluidas en el Ensayo que voy citando: “Varios escritos de
estudiantes indican que el sufragio es un componente de los derechos políticos
y que es posible restringir su ejercicio, sin afectar la igualdad natural de
las personas, ya que son razones científicas las que restringen no el derecho,
sino su ejercicio. Este nuevo enfoque positivista, permite a varios pensadores
fundamentar una oposición al sufragio femenino, por razones de su alegada falta
de libertad para decidir de manera autónoma, su necesaria sujeción al padre o
marido para mantener el orden doméstico y/o, bien, su incapacidad innata dado
su menor desarrollo cerebral (Mosquera, 1903; Suárez, 1907; Peñaherrera, 1914).
Más tarde, un pensador liberal y profesor del Colegio Mejía escribirá de que ha
sido un error de los políticos el otorgar el derecho al sufragio a la mujer
pues su liberación debe ser ordenada y transitar desde la emancipación
doméstica a la emancipación política (Soria, 1912: 1-6)…”
En 1927 Matilde Hidalgo de Prócel,
(cuya historia es más conocida), logró que el Consejo de Estado le autorizara a
votar en comicios generales, frente al estupor nacional, donde muchos se
opusieron por el chifladito asunto ese que tienen algunos de “poner en riesgo
la familia”.
Para concluir en mi abusiva utilización
de este ensayo cuya lectura completa debería ser obligatoria en todas las
secundarias del país, también reseñan Prieto y Goetschel que en ese entonces, “El Universo de Guayaquil, a través de un
artículo escrito por una mujer se opone al voto femenino, argumentando que a
las mujeres se las debe educar para el hogar”, mediante la publicación de un texto
de doña Zoila Rendón, titulado
“Eduquemos a la mujer para madre”.
Creo que lo visto nos va dando la clara
imagen de hombres y mujeres cavernícolas
y para colmo con la calidad reservada para ellos, de elaboradores de leyes. Cuando
en 1929 una nueva Asamblea de mayoría liberal, logró por fin parir una
normativa que facilitaba tímidamente tanto la ciudadanía como el voto femenino,
¿qué creen que hicieron los partidos Conservador y Liberal que se pasaron
décadas evitando tal equiparación de derechos?,
pues salieron disparados a captar el voto femenino que de pronto ya no
amenazaba a la familia, al hogar, a los quehaceres domésticos, a la
reproducción, ni a nada, y cambiaron sus discursos para hablar de la esperanza
que tenían en que la mujer limpie la corrupción y violencia propias de la
política masculina del país. Hijos del mal.
Segunda
historia:
Hace poco
celebramos los 20 años de la despenalización de la homosexualidad. No fueron
políticos los que lo hicieron. No fueron diputados quienes reformaron el
Código Penal. Por supuesto que sí fueron políticos los que convirtieron una
parte del Levítico en un artículo del Código Penal, POCAS COSAS VENDEN
MÁS que hablar en nombre de Dios. Pero, insisto, no fueron políticos los que
cambiaron esa norma aberrante gracias al clamor de una minoría sexual tan
injustamente perseguida. Fueron unos pocos jueces del Tribunal de Garantías
Constitucionales de ese entonces. Pese a que su argumentación es -hoy-bastante
ridícula y largamente superada en el campo científico, dijeron esto:
“Que,
para el análisis como delito del homosexualismo, es necesario tener presente
que en el terreno científico, no se ha definido si la conducta homosexual es
una conducta desviada o se produce por la acción de los genes del individuo,
más bien la teoría médica se inclina por definir, que se trata de una
disfunción o hiperfunción del sistema endócrino, que determina que esta
conducta anormal debe ser objeto de tratamiento médico, no tanto como
enfermedad, antes que objeto de sanción penal.…
…Que, los homosexuales son
ante todo titulares de todos los derechos de la persona humana y por lo tanto
tienen derecho a ejercerlos en condiciones de plena igualdad, lo cual no supone
la identidad absoluta sino una equivalencia proporcional entre dos o más entes,
es decir sus derechos gozan de protección jurídica, siempre que en la
exteriorización de su conducta no lesionen los derechos de otros, tal como
ocurre con las demás personas…”
Mi énfasis en que fueron jueces y no diputados
elegidos por partidos políticos, se debe a que los jueces no buscan votos del
público. El hecho de que grupos de minorías sexuales no tuvieron más remedio
que acudir a instancias constitucionales, es la muestra de que los políticos no
estaban dispuestos a hacerlo por su cuenta. Y no estaban dispuestos a hacerlo por
propia iniciativa porque hace 20 años la sociedad medieval ecuatoriana estaba un
poco más indispuesta que hoy a reconocer derechos a quienes no consideran sus
“prójimos”.
JAMAS esos políticos, tan de cuarta categoría casi todos, mueven un dedo sin primero
calcular cuántos votos van a ganar o perder al auspiciar una iniciativa
ciudadana. Nunca miden su valor humano, su importancia intelectual, SU
EXPRESIÓN CIVILIZADORA. Qué va, si la mejor idea del Universo les va a
quitar votos, la archivarán en algún cajón, la manosearán, la convertirán
en mierda. La perversa manera en que
contaminan y hasta destruyen los lentos avances intelectuales de los
países donde reptan es algo que parece un guión escrito a tres manos entre
Daniel Camargo, Pedro Alonso López y el Loco Fredy.
Tercera
historia:
La pregunta 8 de la Consulta Popular de 2011.
Originalmente
se la presentó a Correa y los suyos redactada de tal manera que su resultado
sería nacional, incluía a todos los animales implicados en ritos asesinos y la
prohibición no dejaba espacio para la interpretación.
Esos
políticos la aceptaron para incluirla en la Consulta pues hoy en día la mayoría de la gente detesta
tener que crucificar animales para poder festejar algo.
Luego esos
políticos lo pensaron mejor (para ellos). Se dieron cuenta de que el tema de
las peleas de gallos no les sería tan favorable y de forma “constitucional” el
gallo dejó de ser animal. Más tarde se dieron cuenta de que habían cantones
donde perderían y como la RC vivía de la gloria de no perder nunca, tuvieron
miedo y dividieron la consulta en cantones.
Esto de
dividir en cantones a la pregunta 8 ha servido para que algunos crean ciegamente
en que Quito se quedó sin feria por culpa de los jipis envidiosos de los ricos
de barrera y contrabarrera, pero lo cierto es que si se suman a nivel nacional
los resultados de esa pregunta el
dato es el siguiente: de un total de 7´505.182 de votos válidos para la
consulta, 4120.055 votaron SI, y 3385.127 por el NO. El SI
ganó con un 54,90 % de los votos, que es casi idéntico porcentaje con el cual
ganó el SI en el cantón de la Capital.
¿Por qué Correa aceptó incluir la pregunta? Por dos razones: Porque sabía que ganaría pues la conciencia a favor de los derechos de los animales está más difundida en la sociedad de lo que muchos quisieran aceptar, y dos porque aunque para él los animales no son importantes, quitarle un negocio a un determinado grupo económico le haría sentir el mismo orgasmo que cuando le daban honoris causas. No obstante, al final resultado fue una pendejada, para todos. Porque eso hacen los malditos políticos. Vuelven mierda lo que tocan.
Cuarta historia:
No me alargaré mucho porque es una situación reciente y recordada con claridad. La legalización de matrimonios
del mismo sexo. No fue obra de políticos, fue obra de jueces constitucionales en aplicación de los más básicos principios de protección a los Derechos Humanos. Sin embargo, hay politiqueros de tercer y cuarto orden, todavía llorando ante la tribuna de feligreses por esta situación. Jódanse
hipócritas, que si la mitad de la humanidad fuera homosexual, este tema no sería conocido debatido siquiera, como lo es ahora la participación de la mujer en la política del país.
Quinta historia:
Despenalizar
el aborto antes de la semana 14 de gestación del producto de una violación. Aunque
la pelea estuvo casi a la par, una pequeña mayoría de políticos se dejaron llevar por la presión
de curas y pastores, que como dicen que tienen muchos fieles que los castigarán
en las urnas, los asustaron hasta llamándoles al teléfono. Entonces, se olvidaron de la obligación de legislar desde el punto
de vista laico, técnico, humano, y se entregaron a blanquear sus sepulcros y a tratar de asegurar su reelección.
Ojalá a ninguno les violen a una de sus hijas de 11 años, serían pésimos
abuelos, o tendrían que actuar en la clandestinidad -su especialidad-. O capaz ni les importaría, noten ustedes que
el legislador que es padre de una jovencita que fue violada y asesinada por un
pastor evangélico, y cuya congregación hizo lo posible por encubrir el delito, también votó que NO.
Queda mucho por hacer en este país donde un cura de altísimo rango públicamente
usó el
Génesis para “explicarnos” lo que
DEBE SER UNA "familia” reconocida por la Ley, y donde Jorge Glas sabe que
le servirá muchísimo a su imagen llorar diciendo que está bañado en la sangre
de Cristo y a los Correa Delgado o Abdalá Bucaram compararse con Jesús para lo mismo.
¿Hasta cuándo debemos depender de la manipulación y el cálculo de los politiqueros?
Hay que tratar siempre de mover estas situaciones complejas a instancias alejadas de la politiquería de urna y púlpito y llevarlas a los órganos constitucionales, que han solido ser mucho más independientes de los partidos políticos que minan votos como gallinazos en la basura.
¿Hasta cuándo debemos depender de la manipulación y el cálculo de los politiqueros?
Hay que tratar siempre de mover estas situaciones complejas a instancias alejadas de la politiquería de urna y púlpito y llevarlas a los órganos constitucionales, que han solido ser mucho más independientes de los partidos políticos que minan votos como gallinazos en la basura.
¿Qué opción
queda para que se ejecuten los avances de la sociedad en nuestro país?
Seguir hablando, seguir
siendo activista con fundamentos. Aunque esa actividad enfade a los catecúmenos
y a los lelos, hay que hacerlo. Pero también corresponde hacerles saber muy
directamente a los malditos políticos que las iniciativas sociales
civilizatorias no son instrumento para que midan dónde están sus posibles
votos.
Al que le
calce el guante:
Alumbren
el camino hacia la civilización, hijos de puta, no el camino hacia las urnas.
Malditos sean los políticos
Reviewed by RLN
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9:56
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