VENGANZA “DE ALTURA”

Que un dirigente de fútbol como Texeira traicione a quienes pidió el voto para que Brasil organice el mundial 2014 no sorprende. No sorprende por varias razones, Texeira lo que menos tiene es fama de transparente. Eso sí, aprovechó muy bien a la hija de Havelange con la cual está casado. Análisis al respecto sobran.

Me jode que ahora lloren con la altura. Cuando venían a golearnos elogiaban el paisaje montañoso y la calidez de su gente amable hasta en la derrota. Ahora vienen y les rompemos el arco y le hechan la culpa al mismo paisaje montañoso y a la peligrosidad de su gente.

Lo que si sorprende es que un futbolista que ganó todo en la altura se haya declarado partidario de la medida en contra de jugar en ella. Este futbolista fue Pelé. El muy zángano dijo además: “a los futbolistas brasileños siempre les perjudicó el jugar en la altura”. Puede ser, pero a nivel del escroto, porque jugadores del llano como paraguayos y argentinos vienen juegan, pierden, pero corren todo el partido. A los uruguayos no les podemos ganar desde hace varias eliminatorias. Definitivamente la cosa no está en el oxígeno.

En fin, en vista de la perrada de Pelé, aquí viene mi venganza quiteña:

México 1970, Brasil gana su tercer campeonato mundial de la mano de Pelé y otros genios que le facilitaban la cosa. México está a 2600 metros. En esa final, el rival era Italia, no la altura. Se jugaba fútbol nomás.

En 1997 (año en que extrañamente la capital de Bolivia estaba a más de 3000 metros) Brasil ganó la Copa América ganando en la final a la selección anfitriona por 3-1. Ze Roberto metió el tercer gol casi al final del partido y en la tribuna Pelé saltaba como travesti en desfile sin el mínimo síntoma de soroche. En ese año, o en esa época, que Bolivia o Ecuador hagan un buen partido era cosa rara y por lo tanto no había de qué preocuparse.

Pelé se retiró del fútbol jugando para un bodrio repleto del plata que era el Cosmos de New York, el valiente guerrero del fútbol nunca quiso salir del Santos, nunca quiso jugar en Europa, y solo aceptó jugar a jugar fútbol en una liga de juguete a cambio de mucha plata.

Luego quiso ser político y en 1993 declaró que el fútbol brasileño estaba corrompido. Entonces Texeira (el yernito de Havelange) lo demandó por difamación. Havelange lo mandó al carajo públicamente y de paso sacó a Pelé de la campaña publicitaria del mundial de USA 94, actividad en la cual, como no podía ser de otra manera, Don Pelé estaba metido hasta las patas, porque lo que mejor hace es vender aire en botella.

La bronca con Havelange fue tenaz, pero el Presidente brasileño Cardoso lo nombró Ministro de Deportes con el fin de que Pelé consiga que Brasil obtenga una sede olímpica para 2004 o para el 2008. Con el mismo poder circulando por sus venas Pelé y Havelange se dieron un abrazo en Brasilia y el ex futbolista declaró con su risita de comercial: "Havelange es mi amigo desde el comienzo de mi carrera. Hubo un malentendido muy grande". La palabra de Pelé vale menos que el gol de Maradona con la mano. (Vale aclarar que no consiguió las sedes olímpicas que deseaba Cardoso, como ministro yo diría que le fue peor que a la Lorena Escudero, o al Patiño)

A una revista argentina y por esas mismas épocas, el enemigo de la altura dijo: "Yo aprendí de política con Menem…". Buenazo el crack… ¡qué bruto! …y yo aprendí psicología parvularia con Michael Jackson y sexualidad responsable con Camargo.

Y seguro aprendió a educar a sus hijos con el papá de Pablo Escobar, porque su hijo Edinho cayó en el tarro por narcotráfico.

En fin, para que la venganza de Atahualpa le caiga completa, recordaré lo siguiente:

“O rei” se vanagloriaba de haberle puesto la primera piedra a Xuxa, antes de que ella sea la reina de los bajitos. Cuando le preguntaron a Xuxa sobre ese particular ella dijo que hubiese deseado un rey “más grande”. O sea, le cagó.

Juro que nunca más me quedaré viendo sus goles en la televisión. Y a la mierda Mastercard.