El sistema de castas de la India es un régimen hereditario de gradación social que tiene unos 2500 años. Este sistema está profundamente ligado al hinduismo que es una de las tres religiones principales de la India.
El hinduismo cree que los seres humanos fueron creados de diferentes partes del cuerpo del Dios Brahmā. Dependiendo de la parte del cuerpo de Brahmā de donde los humanos fueron creados, éstos se clasifican en cuatro castas básicas, las cuales definen su estatus social, con quién se pueden casar, y el tipo de trabajos que pueden realizar.
Los brāhmanes que incluye a sacerdotes, maestros y académicos. Son la casta más alta, que salieron de la boca de Brahmā. Los chatrías, políticos y militares, que salieron de los hombros de Brahmā. Los vaishias, que vienen a ser los comerciantes, artesanos y agroganaderos, nacidos de las caderas. Y los shudrás, esclavos, siervos y obreros, provenientes de los pies de Brahmā. Adicionalmente están los parias o intocables, una clase más baja aún que la de los esclavos.
Las Leyes de Manu –un legislador de esos bestias que no se sabe cómo, pero logran instaurar sus atroces leyes- dictaminan que este orden es sagrado y que ninguna persona puede aspirar, ni peor aún intentar, a acceder a otra casta durante su vida. Según estas normas la gente debe tener el mismo oficio de su padre y además casarse con alguien de su casta. El cambio a una casta “superior” sería el resultado de una reencarnación exitosa por haberse cumplido con las leyes del karma, y también se puede bajar en el escalafón si, en pocas palabras, metes la mata rompiendo algún principio del dharma. Algo tan dudoso como aquello de poner la otra mejilla y aguantar resignadamente cualquier abuso, porque “bienaventurados los pobres que de ellos será el reino de Dios”, de los que sabemos.
En definitiva, aunque no existe ley que prohíba la pobreza, si existe la norma que la garantiza y la vuelve obligatoria, perpetua, hereditaria e insalvable.
Igualito ocurre en el Ecuador gracias en su mayor parte –según yo- a la educación pública. Y es que ¿quién puede aspirar a mejorar su situación personal si se gradúa sin saber leer y escribir con propiedad? Quién podrá cambiar el destino de su vida y el de sus hijos si estudió en covachas, con maestros INEPTOS, SIN VOCACION, expertos en huelgas y paros, esperanzados en un sindicato que solo ha mejorado las cuentas de sus dirigentes –nunca de sus agremiados- , y además resentidos sociales porque reciben un sueldo de miseria (que bien se lo merecen la mayoría). Con la debida y gigante responsabilidad de todos los gobiernos del Ecuador y de su completa historia, porque siempre el magisterio fue maltratado y paupérrimo. Tan maltratado y empobrecido que en los años setentas la mayoría de profesores se aferró al sueño mesiánico y falso del comunismo y/o del socialismo, dejando como resultado lo que ahora tenemos: un sindicato grandotote, irresponsable, menos que mediocre, y ejemplo únicamente de vagancia y extorsión.
No son las carreteras de cinco carriles más importantes que una educación de calidad. A fin de cuentas en esas carreteras se mejorará el comercio, pero habrá unos más preparados que otros y el negocio se irá donde siempre se ha ido. Los subsidios del estado son el alto costo a la pésima educación que el estado debe dar en principio. Me atrevería decir que ni la salud es más importante que la educación. La educación pública ecuatoriana garantiza la pobreza y la desigualdad. Vuelvo al ejemplo de las carreteras para que se vea la inequidad provocada: Las carreteras que tenemos sirven para todos y el acceso es igual, pero en cuanto a la educación, acá el que puede confiará sus hijos a la educación privada. El hijo de un pobre y semi analfabeto albañil, recibirá una porquería de educación que lo dejará listo en un 99% de las veces para ser albañil, así padre e hijo, cobrarán una miseria por molerse el cuerpo y –en el mejor de los casos- esperarán a morirse para irse el paraíso y no pasar hambres.
Y aunque se enojen los gobernantes, los emepedés y los unes (cuyos guagüitos usualmente NO estudian en colegios públicos) acuso a la educación pública del Ecuador, de ser igual a una enfermiza división de castas, y de convertir a la pobreza en obligatoria, perpetua, hereditaria e insalvable.
EL SISTEMA DE CASTAS DE LA INDIA Y LA EDUCACION PUBLICA ECUATORIANA
Reviewed by RLN
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