La matanza del 10 de agosto y la caída del avión de Alianza Lima

El 8 de diciembre de 1997 al retornar de un partido de fútbol cuyo resultado los había convertido en los virtuales campeones del fútbol peruano, los integrantes de toda la plantilla del equipo Alianza Lima fallecieron en un accidente de aviación. Además del trágico dolor provocado por la impericia del piloto del avión Fokker rentado a la armada de guerra de Perú, la circunstancia desde el punto de vista futbolístico no podía ser peor.
Alianza Lima estaba por ganar su primer campeonato desde 1979, tenía en sus filas a una magnífica generación de futbolistas jóvenes entre los que resaltaba un verdadero crack de 18 años conocido como el Potrillo Escobar. “Los potrillos” les llamaban ya a los famosos y buenos jugadores de ese club. Vale decir que el único que se salvó fue el animal del piloto.
La tragedia dio la vuelta al mundo, el Colo Colo prestó jugadores y con un grupo de veteranos traídos del retiro y otros jovencitos, el equipo perdió su oportunidad de ganar el campeonato y además casi pierde la categoría un año más tarde. Tuvieron que pasar diez años para que Alianza sea campeón del Perú, hecho que consiguió en 1997. El equipo perdió una década completa.
Nosotros perdimos casi dos siglos: Los patriotas que lanzaron en Quito el Primer Grito de la Independencia en 1809 fueron asesinados casi un año más tarde en la prisión cuando una turba de otros patriotas pugnaba por rescatarlos de su encierro. El mother “Fokker” del Conde Ruiz de Castilla ordenó la ejecución de los prisioneros, pese a que estaba en curso un proceso judicial para castigarlos por la revuelta del año 1809.
Paradójicamente, este grupo de rebeldes e intelectuales quiteños fueron liderados en un principio por Juan Pío Montúfar quien se salvó de ser asesinado porque durante la revuelta se retiró del grupo puesto que él quiso mantener obediencia al rey español Carlos IV, mientras que los otros aprovecharon la circunstancia para lanzar una intención libertaria absoluta de toda forma de colonia.
Así murieron en manos de soldados de la corona un grupo de quiteños llamados a ser los futuros líderes de un país que estaba por nacer, aún sin saberlo. Morales, Quiroga, Salinas, Ascázubi, Arenas, Riofrío, Villalobos, entre otros pudieron haber sido los verdaderos padres de una patria que nació tan descabezada que tuvo que aceptar como primer presidente a un soldado prestado por Venezuela, el archi pillo Juan José Flores, quien fue presidente del Ecuador no una sino tres veces y hasta se hizo indemnizar con una atroz fortuna para jubilarse de la presidencia.
Desde el inicio de la vida republicana nos fue mal. Para muestra recordemos que cuando se dividió la Gran Colombia en tres países y éstos a su vez se repartieron la deuda con Inglaterra en una reunión a la que llegamos tarde, a nosotros nos clavaron un porcentaje tan desproporcionado que nos tomó más de cien años pagar la dichosa deuda. Salvo los pocos años de Vicente Rocafuerte, el Ecuador empezó como un equipo de fútbol a quien se le murieron sus mejores jugadores.
Pero a los equipos les toma algún tiempo recuperarse, nosotros que en poco más de veinte años cumpliremos dos siglos como país, seguimos peleando el descenso.