Inocentes en Quito

Digamos que Quito es una mujer. La fecha de su nacimiento permanece agazapada en la niebla de los tiempos, como la de toda dama respetable. Siendo aún niña, un conquistador la estupró sin el menor juego previo (en seco, digamos), mientras un cura le agarraba de las orejas y le daba en la cabeza con una cruz de palo, ordenándole que agradeciera la infracción y decretándole que cambiara todos sus sagrados credos originales so pena de morir quemada en la hoguera por herejía.

Creció así esta dama llamada Quito, adolorida en todas sus partes, pero orgullosa de lo que de ella iba resultando, pues nada como el dolor para hacer crecer a las personas y a las ciudades. Una tarde, Quito convertida en la mestiza ciudad que es ahora, se graduó de Mujer Grande en la orden de Luz de América, dio el primer grito de Independencia, despertó a sus hermanas y pasó a la historia del mundo empapada de gloria.

Con los años Quito se llenó de hijitos. Cientos de miles. Todos dicen que la quieren mucho. Y se organizan para festejarle su día más importante, así como los hijos festejamos el onomástico de nuestras propias mamacitas. A falta de una fecha clara de nacimiento (habíamos dicho que por pudor femenino Quito no ha dicho en qué fecha nació), tocó escoger un día del calendario para la celebración. ¿Adivinen cuál escogimos para cantarle Las Mañanitas? Para qué adivinarlo, si todos lo sabemos: el día de la ibérica audacia. Un 6 de diciembre.

Diciembre no se salva. El 28 amanecemos empapelados con periódicos repletos de chistes de a luca y pensando a cuál pendejo o pendeja le hacemos alguna pasada por el Día de los Inocentes. Parecería que el día de las inocentadas es la celebración de algo chistoso, digamos como el natalicio de Chapana, pero no. Según la tradición católica el 28 de diciembre se recuerdan los 30 niños menores de 2 años que murieron asesinados por orden de Herodes. La fábula cuenta que los giles de los reyes magos (giles porque Herodes ya había matado a sus dos esposas y varios de sus hijos porque no toleraba que alguien pudiese quitarle el trono), de la forma más mostrenca le contaron en las que andaban. Entonces en lo que podría catalogarse como el primer wikileak de la historia, Herodes supo que había nacido Jesús y armó la matanza que armó. ¿Y cómo conmemoramos esta reverendísima brutalidad? Viendo en la tele que a unas shunshas presentadoras les vacilan sus shunshos compañeros.

Quisiera creer que jugamos a los inocentes porque no nos creemos la fábula. Que algún estudioso y libre pensador decidió hacer de una fecha improbable que los curas agasajan rezando, una fecha para la risa y la burla. Eso sería maravilloso. Fernando Vallejo consignó en su extraordinario tratado “La Puta de Babilonia” que gracias al historiador Flavio Josefo pudo establecer que el censo de Quirinio tuvo lugar el año 6 DC, o sea diez años después de la muerte de Herodes. “Al afirmar Lucas que Cristo nació bajo Herodes, sitúa su nacimiento cuando menos cuatro años antes de la era cristiana; y al afirmar que nació cuando el censo de Quirinio, lo sitúa seis años después de aquélla”, aclara Vallejo y de paso nos hace notar que Lucas –el evangelista y santo- se contradice solito. O sea no hubo tal matanza como dicen los que sabemos. Aunque si se tratara de hacer un día de bromas por cada cuento que nos ha metido la santa madrastra iglesia, tocaría esconderle la billetera a tu pana todo el año.

En fin, si Quito fuera una mujer, les estaríamos cantando “que lo cumplas feliz” el día en que le que volaron el tillo y le cambiaron de religión, ambas cosas a latigazos. Y también gastamos bromitas el día en que se puso un ejemplo de lo que un enfermo es capaz de hacer para defender su poder.

Inocentes en Quito Inocentes en Quito Reviewed by RLN on 19:37 Rating: 5

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