LOS SUBSIDIOS Y LA PRUEBITA DE AMOR


La pruebita de amor, al menos en mi  época, era el conseguir que la mujer que nos gustaba nos entregue sus activos fijos como señal de que nos amaba igualito a como nosotros decíamos que la amábamos. No solo un beso, no solo un beso con lengua, no solo agarrada de teta, no solo metidita de dedo explorador…era servicio completo. Entrega total. Relación sexual pues.
Una vez conseguida la prueba de amor habían dos caminos. Aburrirse de la joven pues el asunto principal había sido conseguido (el político que todos llevamos dentro), y posteriormente dejar de llamarle convirtiéndola en una despechada de esas que hasta terminaban en algún convento dándose fuetazos, o la otra opción era seguir dándole al asunto cada vez con mayor alegría.  La mujer que te daba la prueba de amor, jamás podía disminuir el nivel de su entrega, digamos a solo besos, o solo cogida de teta. No, de ninguna manera. En el sexo ya no hay marcha atrás.  Pobre de la mujer que ya tiraba con uno y que luego decía “ya no más”.  ¿Cómo asifff? (El tipo que desarrolló la teoría de los derechos adquiridos seguro fue uno de esos a quien su dama le bajó el nivel de acceso).
 Los subsidios, son la pruebita de amor que dan los políticos que llegan al poder. El más chévere es el que más barato nos da las cosas. Como el sexo, el tema se remonta a muchísimos años atrás y, también como en el sexo, existe doble moral. 
 Muchos se quejan de los bonos solidarios diciendo que el gobierno mantiene una millonada de vagos. No todos son vagos, son pilas algunos, porque se gastan el bono en celulares.
 Pero a lo que iba es que los gobiernos –sea por disimular su burocrática ineficiencia en el costo de producción de energías o gasolinas, o sea por tener al pueblo feliz para que no lo incendie- ya no pueden dar marcha atrás en su pruebita de amor. Acuérdense cómo el loco que amaba los costales quitó el subsidio al gas y marchó nomás. Y ahora, al actual gobierno, rectificó su política de costos en la energía eléctrica, porque se les vinieron algunos cientos de miles de resentidos.
 Hay doble moral en los subsidios porque mientras muchos se quejan se olvidan que reciben gasolina, energía eléctrica y gas doméstico subsidiados. Un tipo de clase media con carro, casa y cocina seguro recibe en subsidios muchos más dólares que alguien que recibe el bono de desarrollo. Sincerar esos costos sería lo adecuado, siempre con criterios de protección a los más jodidos que uno, pero no hay gobierno lo suficientemente macho que lo logre y peor cuando ya han perdido simpatías a raudales como el actual.
 El gobierno, que dice que no le tiene miedo a es nada no se atreve a subir el gas (que no lo podría focalizar ni de fundas),  tiembla al pensar en subir la gasolina y es timorato y nervioso con el tema eléctrico. Ya no pude decir: “solo un besito y no todo el cuerpito”. 
 La pelada abandonada por bajar sus bondades siempre podrá conseguir otro joven a quien hacerle caminar todo el vía crucis.
 Pero el gobierno no tiene otro pueblo. 
LOS SUBSIDIOS Y LA PRUEBITA DE AMOR LOS SUBSIDIOS  Y LA PRUEBITA DE AMOR Reviewed by RLN on 10:31 Rating: 5

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