La Inercia y la Evolución


Inercia es la propiedad de los cuerpos que hace que éstos tiendan a conservar su estado de reposo o de movimiento.  En pocas palabras cuando alguien te empuja te sorprendes y cuando frenas tu carro te vas de trompa contra el volante.  Mucho tiene que ver la velocidad que adquirimos, o la velocidad con la que nos tratan de mover cuando estamos quietos para que la consecuencia sea mayor o menor. Claro, no es lo mismo ir en tu auto a 30 k/h o a 120 k/h y tengas que frenar con urgencia porque se te cruzó un muérgano caminando abajo del puente peatonal. Como tampoco es lo mismo que seas el muérgano arrollado por un auto que viaja a 30 km/h que por uno a 120 Km/h.

En términos biológicos evolución es el grupo de transformaciones ocurridos en el tiempo que han originado las distintas de formas de vida, a partir de un antepasado común. Evolución, capacidad de adaptación, volverse más fuerte y vencer a los competidores en el entorno, son cosas que ya hicimos. Nuestro organismo funciona para que a los doce o quince años podamos reproducirnos. Nuestro cerebro funciona para hacer armas y vencer a los enemigos más fuertes físicamente, como por ejemplo un elefante. Ayer en la noche, mi hijo mayor me preguntó: ¿Cuándo empezó la pobreza? Entre todos concluimos que empezó cuando los más fuertes y audaces se impusieron a los débiles e inocentes, sea autoproclamándose “sacerdotes” o sea convirtiéndose en mejores cazadores y luchadores. Somos ultra eficientes en cuanto a ser especie que no quiere desaparecer. Incluso si tenemos que pisotear los cráneos muertos de nuestros vecinos.  Y esto en términos de evolución, es un resultado exitoso.

Los millones de años que nos anteceden nos dieron una velocidad con su respectiva aceleración.  Por decirlo de alguna manera, vamos cargados de una inercia poderosa. Esta inercia no nos permite detener los resultados de nuestra evolución cuando la realidad ya nos exige cosas muy distintas. El mundo como es, desde hace algunos siglos, ya no precisa del ser humano que alguna vez tuvimos que ser. Ya no hace falta comer carne o proteínas animales para que nuestro cerebro se desarrolle y podamos vencer al Mamut. Ya no necesitamos desollar animales, vivos o muertos, para hacernos ropitas. Ya no necesitamos reventarle la cabeza al vecino que disputa nuestra comida, ni nuestro abrigo o morada. Ya no necesitamos (nunca sirvió para maldita la cosa) sacrificar animales o enemigos en ritos dolorosos, dedicados a la deidad que fuere.

Tan corto es el tiempo que vivimos dentro de los millones de años que nos han puesto a usar Ipods, que no muy en el fondo, salvo algunos elementos de higiene, lenguaje, y tecnologías, seguimos siendo aquel australopitecus que hace ochocientos mil años salía de su cueva, luego de echar un polvo, cazaba con violencia algún animal, le arrancaba la piel, devoraba su carne, negaba las sobras a un australopitecus menos hábil (cuya pareja terminaría por abandonarlo por gil), e imponía sus creencias (no necesariamente ideas brillantes) a palazos o piedrazos.  Somos lo mismo bestias, pero con pañitos húmedos para limpiarnos el trasero.   

Tal vez hubo equilibrio cuando fuimos cavernícolas. Hoy ese equilibrio se ha extinguido, como tantas especias que hemos extinguido. Cosechamos toneladas de cereales para alimentar animales que luego nos comemos. Es como alimentar cerdos con billetes, para luego vender jamón! Ya se puede usar ropa con materiales sintéticos, pero insistimos en asesinar animales para vernos “bien elegantes y distinguidos”.  Ya podemos dejar de gastar en armamento para terminar con las hambrunas.  Ya podemos olvidarnos de los dioses en el nombre de los cuales matamos, odiamos, robamos  o discriminamos.

Hace tanto que podríamos haber dejado de ser lo que somos: Unos inteligentes criminales que pese a tanta información no logran controlar la inercia de una evolución a la que le robamos el sentido.

La Inercia y la Evolución La Inercia y la Evolución Reviewed by RLN on 10:54 Rating: 5

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