Si
usted lector querido, es uno de aquellos
ciudadanos temerarios que se terminó casando con aquella dama que fue su moza,
muy posiblemente estará de acuerdo si digo que las mozas cuando se convierten
en esposas joden el triple de lo que jodían las esposas originales. Tanto joden algunas que no falta el sollozante
y arrepentido caballero que dice para sus adentros: “Con ella, estaba yo
mejor”.
El
gobierno le tiene el mismo miedo a las marchas. Porque gracias a una marcha –o
un conjunto de marchas que funcionaron como una bola de nieve- el otrora
presidente Lucio que no murió en el intento (aunque casi se saca las muelas
contra la baranda del helicóptero @pablihno dixit), cayó de su elevado cargo y el
forajido Correa, terminó de ministro de Palacio, y así arrancó la veloz carrera
política y electoral que lo instaló donde está instalado.
Mientras
para quien fuera una joven y erótica moza, cualquier jovencita de mirada
inescrupulosa y nalga contundente es un elemento desestabilizador, para quien
fuera marcha derrocadora, cualquier nueva protesta es un elemento
desestabilizador. Por eso muchas
actuales esposas que antes fueron amantes, tienen como frase: “¿dónde
estuviste?, porque llamé a tu oficina y no estabas ¿dónde, dónde?”. Y por eso ahora el gobierno tiene como frase
un igual de ridículo: “No pasarán”. El miedo ciega, no es para tanto, no ocurre
siempre lo que se teme. Pues así como no toda jovencita o amiga será
moza, no toda marcha o reclamo será golpe de estado. No todos los que reclamamos algo queremos el
cargo de alguien, por cierto.
Por
eso no hay forma de que la ex moza permita tener amigas al marido en el que no confía, salvo las hermanas feas
a las que además el cónyuge tiene que darles trabajo. Y por eso el gobierno no
da salvoconductos a los buses que traen gente a reclamar, pero si permite que
lleguen sus partidarios a la mismísima plaza grande. Misma lógica del miedo. Misma lógica de “se lo
que hiciste el verano pasado” o “a mí no me cogen de pendejo”.
Ahora
bien, y aquí me permito hacer un sincero llamado a la reflexión para evitar
confrontaciones innecesarias en el domicilio o contramarchas en las
calles: Si la ex moza está segura de que su marido es un
hombre feliz en al menos un ochenta por ciento y que definitivamente es mejor
esposa que aquella que defenestró, no tiene porque sentirse nerviosa. Lo mismo para el gobierno.
LAS MARCHAS Y LAS MOZAS
Reviewed by RLN
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14:57
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