Una de las pocas estadísticas que podrían jugar a favor
de la frase “todo tiempo pasado fue mejor”, sería la de la expectativa de
vida. Aquello de ser anciano a los 30
años de épocas remotas, posiblemente actuaba a favor de la buena
humanidad.
Me explico mejor: Cuando llegas a los cuarenta (salvo que seas un galáctico gil o un afortunado inconsciente) no te queda un gramo de bondad espontánea, de inocencia, de fe en el ser humano, de optimismo por el futuro. De ahí que una de las opciones es lanzarte a la egoísta defensa de tu metro cuadrado, jugando limpio o sucio, pero pensando en ti y en tu familia cercana, casi en exclusiva.
Me explico mejor: Cuando llegas a los cuarenta (salvo que seas un galáctico gil o un afortunado inconsciente) no te queda un gramo de bondad espontánea, de inocencia, de fe en el ser humano, de optimismo por el futuro. De ahí que una de las opciones es lanzarte a la egoísta defensa de tu metro cuadrado, jugando limpio o sucio, pero pensando en ti y en tu familia cercana, casi en exclusiva.
En pocas palabras, el tiempo nos corroe los huesos y las
arterias, así como nos corroe el “alma”.
Ya qué, es lo natural en nuestra especie, no somos como otros animales
ni plantas. Mientras un hermoso árbol nos hace el favor de limpiar el aire que
contaminamos, nosotros lo talamos para sembrar cereales con los que
alimentaremos vacas que asesinaremos para comérnoslas produciendo con toda
genialidad un carísimo alimento nocivo para nuestra salud, amén de todo el
dolor y la sangre de esos pobres seres vivos.
Es lo que somos, pero como salimos guapos en las fotos de Facebook,
entonces todo bien.
Pero hay una edad maravillosa (hay otras, pero no vienen
al caso), una temporada que nunca debería terminarse, pero que siempre cae
vencida por los años y la realidad que llega en repletos vagones negros cada
día que transcurre. Esta época es la
comprendida entre el fin de la edad del burro y el inicio del egoísmo. Calculo que pueden ser unos 3 años entre los
17 y los 20.
Aquí un ejemplo:
“Todo empezó en el año 2011. Buscábamos realizar algo que
pudiera unirnos más como amigos y surgió el tema de involucrarnos en algo
serio, surgió el tema de que era importante que dejáramos de pensar solo en
nosotros mismos para poder empezar a pensar en el resto….”
Así empieza una historia vivida y escrita por un grupo de
muchachos buenos, cuya voluntad de ayudar a que este mundo de mierda no siga
igual les llevó a un recinto llamado Casas Viejas, en el sector de
Chongón, (provincia del Guayas). “…nos
encontramos con una realidad dura, mucho más de lo que esperábamos. La
escuela “Pedro Crespín Escalante” no era más que una estructura inestable de
caña, asentada sobre un piso de tierra, en la que 50 niños de entre 5 y 15 años
se educaban…todos en una sola aula”
Este grupo de jóvenes creen posible construir una escuela
mejor para estos niños que comen cuentos, se educan con demagogias, se visten
de frío y se acompañan juntando sus vacíos.
Estos chicos élficos no se han quedado a pensar y analizar “técnicamente”
la realidad de la educación pública, de la pobreza ecuatoriana, no han
reclamado por que se cumplan promesas de campañas políticas (políticos…esos fétidos sarumanes clase C, casi todos), no se han quedado en el reclamo. Estos chicos
han iniciado una campaña para recaudar fondos (requieren 7 mil dólares, que
viene a ser un poco más de un salario mensual de asambleísta haya o no haya
asistido al congreso, haya o no haya servido para maldita la cosa).
Les falta todavía muchísimo por recaudar para llegar a
esta cifra que no solo significaría una tonelada de buen aire para los niños de
Casas Vieja; quisiera que estos
chicos todavía buenos, tengan en su memoria estos días de amor y triunfo sobre
el mal, que lo guarden consigo como el recuerdo de alguien con quien siempre
quisieran quedar bien.
Quisiera que logren días de los que construyen techos
firmes y paredes sólidas, para cuando empiece el tiempo a convertirlos en
adultos ensimismados, endeudados, egoístas y acaso tramposos, encuentren dentro
de sí mismos un antídoto eficaz que los mantenga mejores que el resto. Como un
hermoso árbol.
AQUÍ SU HISTORIA COMPLETA (y cáiganse con unos dolaritos!):
un hermoso árbol
Reviewed by RLN
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8:32
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