A la ingenuidad de los giles, como yo, que a
veces creemos que una herramienta nueva, como la Ley de Comunicación, será utilizada como una azada para aflojar la tierra dura de nuestra forma de convivir, en
lugar de ser usada como una guillotina del sentido común;
A los ingenuos que seguimos esperando que
ocurra “el deber ser”, y peor cuando este ideal depende de alguien como ese
superintendente;
A los que nos olvidamos que hay suficiente cantidad de gente capaz de repletar las cloacas con la más infecta mierda, incluso con las mejores leyes;
A los que seguimos tolerando ladrones, cuyas
fechorías se convierten en anécdotas porque resulta que son conocidos y los
veremos el fin de semana en el “club”;
A todos aquellos que esperan tener políticos
suizos, pero no están dispuestos a ser ciudadanos suizos;
Vaya el reclamo a quienes sienten que el
Ecuador está lleno de gente tan imbécil o tan genial que teman que un dibujo se
convierta en el fin de una época;
Vaya el reclamo al inicio, al principio de
toda forma de organización social, a la fuente de las instituciones que
aparecen descritas en la Constitución, al comienzo, a la semilla de este árbol
torcido y tenebroso, al nacimiento, al origen, a ti, a mí, a nosotros.
¿A quién reclamar por lo de Bonil?
Reviewed by RLN
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12:15
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