Tal
vez como nunca en el pasado, este país consume, digiere, exuda, y reflexiona
ODIO. Y como siempre, el ODIO es,
también, la mejor fórmula para sumar
adeptos y juntar grupos. Parecería una receta perversa, pero efectiva,
de alguna agencia de publicidad y relaciones públicas sobre el correcto manejo del ODIO para incorporar “LIKES” y “SEGUIDORES”
en redes sociales y aplausos en otros ámbitos. Odio, luego existo.
El
viral video de Agustín Delgado leyendo un discurso en la Asamblea y el nuevo
conflicto armado entre Israel y Hamas servirán como ejemplo de lo que quiero
explicar:
¿ODIAS a Luis Chiriboga? Pues no olvides que el famoso Tin hace ya muchos años, fue
uno de los primeros en reclamar por el manejo económico en la Federación de Fútbol
y como resultado su carrera culminó de la peor forma posible por haberse
enfrentado públicamente al, ya desde ese entonces, intocable dirigente. Con esta información se puede armar un buen
artículo sobre la transparencia necesaria en el fútbol, pero que será pasto
favorito de los que ODIAN a Chiriboga, más que de aquellos que sientan algo a
favor del ex gran goleador de la Selección.
¿ODIAS a la Liga de Quito?, pues podrás
argumentar que la carrera del Tin Delgado se fue al caño por haber protagonizado
una pelea reprochable en el Estadio Casa Blanca con jugadores del Barcelona de
Guayaquil. Aquí los “odiadores” de la Liga de Quito, de los Paz y del Tin,
podrán armar su gremio y sustentar su odio en el “criminal” atacante que
repartió puñete y patadas a sus compañeros de profesión (todos ellos
absolutamente inocentes y víctimas de su proceder, mamiticos).
¿ODIAS
a la oposición? Acúsalos de racistas,
estúpidos y ciegos. Llámalos elitistas, mentirosos, neoliberales y vuelve a
llamarlos racistas. Puedes llenar
coliseos con gente que aplauda este ataque a una situación que no
ocurrió, porque nadie –que se sepa- actuó públicamente con racismo en contra de
Delgado. De paso puedes defender la
revolución ciudadana a la que no amas con la misma intensidad con la que ODIAS a
quienes no la comparten. Si vives
exclusivamente para ODIAR a la oposición entonces todo lo que hagan o lleguen
alguna vez a proponer te parecerá sencillamente el deseo de quitarte lo que
tienes y tirarás a la basura algunas buenas ideas a favor del país que dices
amar. Insulta a un opositor visible y
espera orondo las felicitaciones de tus co-odiadores.
¿ODIAS
a los que ODIAN el fútbol? Y posiblemente por esto ves en los descontentos del
curul obtenido por el ex futbolista solamente una manifestación de egoísmo
hacia los deportistas que practican lo que disfrutas.
¿ODIAS
el fútbol? Entonces todo lo que tenga que ver con “brutos en calzoncillo
corriendo atrás de una pelota y que ganan millones”, será recibido con desprecio
de tu parte.
¿ODIAS
a Alianza País?, en este caso reclama airadamente el manejo irresponsable en la
lucha por captar votos y asambleístas y manda al cuerno la realidad en la que
vivimos, o sea, los políticos son nuestros espejos, y olvídate de que las personas que no
aprendieron a leer correctamente son –posiblemente- la mayoría en el país. Quéjate con palabras y gestos hirientes y
siéntate a esperar la lista de adherentes a tu ODIO. También puedes reclamar a
los dirigentes de ese partido por haber perpetrado la crueldad de poner a su
asambleísta famoso a correr el riesgo de pasar la vergüenza que finalmente
pasó. Si solamente ODIAS a Alianza País,
es altamente probable que nada de lo que hagan te parezca correcto, salvo que
te elijan ministro. O embajador (personalmente he charlado con un par de
caballeros que despotricaban en contra del gobierno, hasta que terminaron de
ministros).
¿ODIAS
que otro tenga un gran sueldo sin saber leer fluidamente como tú si sabes pero
lamentablemente ganas la tercera parte? Odio no es necesariamente la respuesta
al instante de buscar coherencia.
No he podido dar con un texto o dibujo sobre el video del Tin que no tenga una fuerte dosis de contaminación en contra de una cosa o de otra. El Tin Delgado fue lo que menos se tomó en cuenta para defender o para atacar su discurso en la Asamblea.
No he podido dar con un texto o dibujo sobre el video del Tin que no tenga una fuerte dosis de contaminación en contra de una cosa o de otra. El Tin Delgado fue lo que menos se tomó en cuenta para defender o para atacar su discurso en la Asamblea.
El
odio es humano, puede servir hasta como mecanismo de defensa, pero no puede ser
el combustible principal de nuestras reflexiones y peor de nuestros actos. Detestar
la corrupción, el sectarismo, la inmoralidad no es incorrecto, pero construir
un debate que deja de lado lo importante para adobarse casi exclusivamente de ODIO es muestra de que somos un país de carvernarios con tecnología comprada. Semi
antropófagos con impresionantes facilidades para repartir nuestras opiniones alrededor
del orbe. Personas en la búsqueda
fácil de “likes” y aplausos, como los
curuchupas que gritan a los cuatro vientos que los “maricones son obra del
diablo“ y reciben el clamoroso apoyo de otros curuchupas que están mucho más
dispuestos a sumarse a ese ODIO que a repartir amor como dicen que enseñó el
que sabemos hace dos mil años.
¿Por
alguna razón de catecismo sientes muy en
el fondo de tu católico corazón que ODIAS a los judíos porque sus ancestros
dejaron al buen Jesús hecho Cristo? Entonces no eres la persona adecuada para
opinar a priori sobre una matanza a miles de kilómetros de distancia y que
compete a dos visiones de dioses distintos y desde hace cientos y cientos de
años. ¿ODIAS a los palestinos, aunque no
sepas porqué? Lo mismo te digo. “Nunca
amaremos a los judíos, hasta que los musulmanes empiecen a bombardear países
católicos”, parece que es la cosa. Suena ridículo, pero cuidado sea una realidad en el futuro.
No
eres honesto porque declares que odias a los pillos, ni eres santo porque dices
que odias la falta de virtud. Tampoco eres mejor ecuatoriano porque demuestres
odio en contra de personas con circunstancias que no conoces completamente, ni
tampoco serías el mejor asambleísta solo porque sostengas con odio lo mal que
algunos diputados hacen su función. Ni
peor aún eres el hincha número uno de tu equipo porque le diste una cuchillada
a un contrario.
Exhibimos ODIO como si se tratara de una cualidad, como si fuera una bandera de pureza. Con el permiso de las trabajadoras
sexuales, odiar a las putas no cura la
gonorrea.
Lo
que noto (y ojalá me equivoque) es que estamos analizando las cosas A PARTIR
del odio a algo o alguien, y no creo que esa forma de pensar no lleve muy lejos
de nuestra actual situación mediocre y casi derrotada. ODIO, ¿luego existo? Sin
duda un poco sí, pero no tanto como puedes llegar a creer solo porque unos
pocos cientos de seres humanos coinciden en tu mismo ODIO.
ODIO, luego existo.
Reviewed by RLN
on
13:49
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