AL EPICLACHIMA!

Las noticias dicen que el Presidente ha decidido trasladar la sede de las oficinas administrativas de la Presidencia del República al cuartel Epiclachima al sur de Quito.

Epiclachima fue un excelentísimo general shyri cuyos dotes de guerrero y  estratega,  aspecto rudo y de facciones esculpidas en la piedra más noble de los Andes, además de dedicado y reconocido criador de llamingos, que se ganó el derecho de pasar a la historia del Ecuador y de ser tocayo de algunos edificios y calles del país.

Ahora, aprovecho la idea del Mashi de irse más allacito, para decirles que los Shyris no existieron y que Epiclachima viene a ser una versión criolla de cualquier general de ficción, del estilo General Thade (El planeta de los simios). Salado personaje además, pues hasta le hicieron perder la guerra contra los Incas, que obviamente nunca peleó.

La historia del imperio de los Shyris fue un invento del padre jesuita Juan de Velasco.  En la página electrónica  www.enciclopediadelecuador.com, consta un prolijo análisis del historiador Efrén Avilés Pino, ex Miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, que en una parte sostiene: “En cuanto a los Shyris, en 1918 una Comisión del Consejo General de Instrucción Pública dictaminó que debía borrarse de la historia ecuatoriana el capítulo relativo a los Shyris, por cuanto que: “las seis páginas que tratan de la prehistoria ecuatoriana refieren como verdaderos los sucesos que a la hora de hoy están reputados como falsos, por lo menos dudosos por los más autorizados tratadistas de la Historia nacional”. (“Arqueología del Ecuador”, tercera edición-1984, padre Pedro Porras.- Apéndice).”

Así mismo el catedrático Carlos Espinosa,  Ph.D en Historia de la Universidad de Chicago,  en un análisis a la obra  “Tras las huellas de Rumiñahui” de la también historiadora Tamara Estupiñán, publicado en la revista  Iconos, Revista de Ciencias Sociales No. 19 Flacso-Ecuador (Mayo 2004   p. 154-156), sostiente:    “El Rumiñahui mítico era un subproducto del mito del “reino de los shyris” ya que era la supuesta fusión de las dinastías Shyri e Inca que hacía creíble la improbable figura de un general Inca de origen quiteño que logró aglutinar a la nación quiteña detrás una acción desperada para salvar el dominio incaico. Pero el marco interpretativo del “reino de los shiris” fue totalmente descartado por la historiografía andina de los años 80, tal como ya había ocurrido entre la generación de historiadores positivistas de la vuelta del siglo…”

Dicho esto, que viene a ser lo que más me preocupa del traslado de la Presidencia a otro sector de la ciudad capital, estoy que cruzo los dedos esperando que se corrija semejante payasada de la historia nuestras siempre famélica de héroes, y en lugar de que Epiclachima se convierta en el nuevo ídolo de multitudes patrias,  en tendencia en tuiter y en antepasado glorioso de algún vecino, se lo borre finalmente  de los libros de historia nacional.  A él  y a todo el vuelo marihuano que se pegó Juan de Velasco.