Hemos constatado las reacciones por el uso de la palabra PUTA en unas vallas dentro de una campaña que pretende llamar la atención sobre el maltrato a la mujer.
Y adicionalmente al válido debate sobre si fue correcto o no el uso de un término “violento” para una campaña en contra de la violencia, también a muchos nos ha parecido digno de análisis las reacciones de cientos (seguro miles) de personas ante la aparición pública de una “mala” palabra en letreros que se encuentran instalados en una ciudad que, a mi modo de ver, no es más que un Padre Almeida grandote.
Me han entrado unas ganas del sanputas de hacer una campaña a favor de la palabra PUTA. Es un vocablo muy mal utilizado. Es herramienta de machismo, es guadaña de violencia, es azadón de moralistas, es una cruz pesada que algunos tratan de colocar en la espalda de otras. Pero creo que quienes usan la palabra PUTA para denigrar no saben que putas significa la palabra PUTA. Y aquellas personas que sostienen que una PUTA es SIEMPRE una víctima que no es libre porque el que pagó se convirtió en su dueño, tampoco tienen puta idea.
PUTA tiene una sola definición en el Diccionario de la Real Academia:
“PROSTITUTA: “ 1. m. y f. Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero”. La “m” y la “f” van para masculino o femenino, o sea las putas pueden ser machos o hembras (y esto es interesante señalar porque si tienes algún amigo que cobre por follarse mujeres será tu héroe, y si tienes una amiga que cobre por follarse hombres, será una puta).
Ahora bien, aunque muchos no lo quieran creer, la RAE no hace un juicio de valor sobre el significado de las palabras, y no van a encontrar en –posiblemente- ningún diccionario, la definición que quisieran hallar. Por ejemplo no encontrarán algo así: “PUTA: término exclusivamente FEMENINO para las pecadoras, horrorosas fornicadoras, que se amanceban por tiempo limitado a cambio de un pago en metálico”. O “PUTA, mujerzuela condenada irremediablemente al infierno a no ser que se arrepienta mucho y luego se dedique el resto de su vida a perseguir la moral de sus congéneres”.
Tampoco dice la RAE nada como: “PUTA, cuídese de usar esa palabra en un contexto general, donde toda mujer de su sacrosanta familia pudiera verse contaminada con tales cuatro letras, porque es tan frágil su seguridad general que posiblemente si lee el término “PUTA” en un letrero, la niña se hará irremediablemente PUTA, pues bien sabido es que todo aquel que leyó la palabra PISCINA, aprendió a nadar sin meterse al agua. Y con estilo mariposa, además”.
Mi plan es que la palabra PUTA deje de ser un insulto. Y mis razones son estas: La palabra PUTA describe una actividad, y esa actividad debe ser analizada porque no toda las personas que cobran por tirar son iguales. O sea NO todas las personas que cobran por sexo SON PUTAS.
A saber:
1.- Hay millones de personas que han sido OBLIGADAS a prostituirse, en sistemas de trata de blancas, esclavitud, violencia física, pobreza, y hasta de gran necesidad por culpa del desabastecimiento. A esas personas no podríamos sencillamente decirles PUTAS, así como no se le podría decir a una mujer que es CONYUGE de alguien porque fue violada por él.
La prostitución FORZADA está penada por nuestro COIP, y el delincuente es el que FORZA. Una mujer u hombre sometidos en un sistema como éste, es una víctima, un esclavo. No una puta. Aunque haga algo o mucho de dinero, NO ES PUTA. ¡Por la granputa!
2- Hay gente que PREFIERE cobrar por tener sexo, porque es mejor negocio y mucho más lucrativo, digamos, que ser cajero de un supermercado. Y largo más entretenido, no nos hagamos los giles. A esa persona, no le podremos criticar porque ejerce voluntariamente una actividad con SU cuerpo, y más bien podríamos agradecerle por dejar un espacio libre en el mercado laboral formal. Los clientes quisieran que esté al día con sus exámenes de sangre y el SRI desearía que esa persona facture, eso sí.
No se le puede decir esclava a una persona porque decidió alquilar su cuerpo voluntariamente, así como no se le puede acusar de usurpación al señor que nos alquiló una oficina. No hay que mezclar las cosas. Este tipo de personas son las que caben en la definición de la RAE. Y si son libres en su decisión, aunque la única palabra que exista para esta actividad sea PUTA, la connotación no puede ser negativa, pues ahí seríamos moralistas y metiches. Saber que alguien se dedica a alquilar su cuerpo y nos “de pena” por nuestra “superioridad moral”, no nos da vía libre ni derecho para calificarla de PUTA ni tampoco de VÍCTIMA, eso ya es el colmo de la especulación santurrona. Capaz son mejores seres humanos que nosotros los que tiramos “gratis”. La palabra GRATIS también merece campaña, por cierto, porque hay un montón que cobran y no se dan ni cuenta.
La política penal de Suecia –país de sucos altamente civilizados- es una gran muestra de que no es la prostituta la que “hace el mal”. En Suecia lo que está penado por la ley es pagar por sexo, no cobrar por él. Así, la carga de responsabilidad moral se fue al cliente. Asumo que en esa sociedad, el insulto sería “¡comprador de sexo!”. No suena tan loco. Pues el que paga por sexo, siempre corre el riesgo de estar financiado un negocio atroz de esclavitud, no creo que sea muy fácil saber si la chica o chico al que contratas para follar lo haga bajo amenaza o libremente. Y estadísticamente la amenaza siempre está arriba por mucho de la libertad.
Y en toda actividad.
PE – U - TE - A
Reviewed by RLN
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12:22
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